2
Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josedec, gran sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:
4
Ahora pues, esfuérzate, Zorobabel, dijo Jehová: esfuérzate también, Josué, hijo de Josedec, gran sacerdote; y esfuérzate todo el pueblo de esta tierra, dijo Jehová, y obrád; porque yo soy con vosotros, dijo Jehová de los ejércitos.
12
¿Si llevare alguno las carnes sagradas en el canto de su ropa, y con el canto de su capa tocare el pan, o la vianda, o el vino, o el aceite, o otra cualquiera comida, será santificado? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.
23
En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, o! Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío, dijo Jehová, y ponerte he como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.