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Sagradas Escrituras (1569)
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Juan 19
19 / 21
1
Así que entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
2
Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana,
3
Y decían: Dios te guarde, Rey de los Judíos; y le daban de bofetadas.
4
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y les dijo: He aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crímen hallo en él.
5
Entonces salió Jesús fuera llevando la corona de espinas, y la ropa de grana. Y díceles Pilato: ¡He aquí el hombre!
6
Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los ministros, dieron voces, diciendo: Crucifícale, crucifícale. Díceles Pilato: Tomádle vosotros, y crucificádle; porque yo no hallo en él crímen.
7
Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo el Hijo de Dios.
8
Pilato pues como oyó esta palabra, tuvo más miedo.
9
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
10
Entonces dícele Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿no sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
11
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12
Desde entonces procuraba Pilato de soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César: cualquiera que se hace rey, habla contra César.
13
Entonces Pilato oyendo este dicho, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal, en el lugar que se llama el Pavimento, y en el Hebreo Gabbatha.
14
Y era la preparación de la pascua, y como la hora de sexta: entonces dijo a los Judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
15
Mas ellos dieron voces: Quítale, quítale, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey tengo de crucificar? Respondieron los sumos sacerdotes: No tenemos rey, sino a César.
16
Entonces pues se le entregó para que fuese crucificado. Y tomaron a Jesús, y le llevaron.
17
Y él llevando su cruz, salió al lugar que se llama el lugar de la Calavera, y en Hebreo Gólgota:
18
Donde le crucificaron, y con él otros dos, de una parte y de otra, y Jesús en medio.
19
Y escribió Pilato un título, el cual puso encima de la cruz; y el escrito era: JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
20
Y muchos de los Judíos leyeron este título; porque el lugar donde fue crucificado Jesús, estaba cerca de la ciudad; y era escrito en Hebreo, y en Griego, y en Latín.
21
Y decían a Pilato los sumos sacerdotes de los Judíos: No escribas: Rey de los Judíos; sino que él dijo: Rey soy de los Judíos.
22
Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23
Y como los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes (a cada soldado una parte,) y también la túnica, mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba.
24
Dijeron pues entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella cuya será; para que se cumpliese la Escritura que dice: Partieron para sí mis vestidos, y sobre mi vestidura echaron suertes. Estas cosas pues los soldados hicieron.
25
¶ Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cléofas, y María Magdalena.
26
Y como vio Jesús a su madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
27
Y luego dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa.
28
¶ Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas estaban ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Tengo sed.
29
Y había allí puesta una vasija llena de vinagre. Entonces ellos hinchieron una esponja de vinagre, y puesta sobre un hisopo se la llegaron a la boca.
30
Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado está. Y abajando la cabeza, dio el espíritu.
31
¶ Entonces los Judíos, por cuanto era el día de la preparación, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado, porque era gran día aquel sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y que fuesen quitados.
32
Vinieron pues los soldados, y a la verdad quebraron las piernas al primero, y al otro que había sido crucificado con él:
33
Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
34
Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.
35
Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
36
Porque estas cosas fueron hechas, para que se cumpliese la Escritura: Hueso no será quebrantado de él.
37
Y también otra Escritura dice: Mirarán a aquel al cual traspasaron.
38
¶ Pasadas estas cosas, rogó a Pilato José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas secreto, por miedo de los Judíos, que él quítase el cuerpo de Jesús: lo cual permitió Pilato. Entonces él vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
39
Y vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo una mistura de mirra y de áloes, como cien libras.
40
Y tomaron el cuerpo de Jesús, y le envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los Judíos sepultar.
41
Y en aquel lugar, donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no había sido puesto alguno.
42
Allí pues pusieron a Jesús, por causa del día de la preparación de los Judíos, porque aquel sepulcro estaba cerca.
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