Logo

WeBible

es
Sagradas Escrituras (1569)
Select Version
Widget
Mateo 22
22 / 28
1
Y respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
2
El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo bodas a su hijo.
3
Y envió sus siervos para que llamasen a los convidados a las bodas; mas no quisieron venir.
4
Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decíd a los convidados: He aquí, mi comida he aparejado, mis toros y animales engordados son muertos, y todo está aparejado: veníd a las bodas.
5
Mas ellos no hicieron caso, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
6
Y otros, tomando sus siervos, afrentáronlos, y matáronlos.
7
Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso a fuego su ciudad.
8
Entonces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados, no eran dignos.
9
Id pues a las salidas de los caminos, y llamád a las bodas a cuantos hallareis.
10
Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11
Y entró el rey para ver los convidados, y vio allí un hombre no vestido de vestido de boda.
12
Y le díjo: Amigo, ¿cómo entraste acá no teniendo vestido de boda? Y a él se le cerró la boca.
13
Entonces el rey dijo a los que servían: Atado de pies y de manos, tomádle, y echádle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro, y el crujir de dientes.
14
Porque muchos son llamados; mas pocos escogidos.
15
¶ Entonces idos los Fariseos, consultaron como le tomarían en alguna palabra.
16
Y envían a él sus discípulos, con los de Heródes, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios; y que no te cuidas de nadie; porque no tienes acepción de persona de hombres:
17
Dinos pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
18
Mas Jesús, entendida su malicia, les dice: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
19
Mostrádme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
20
Entonces les dice: ¿Cúya es esta figura, y lo que está encima escrito?
21
Ellos le dicen: De César. Y les dice: Pagád, pues, a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios.
22
Y oyendo esto se maravillaron, y dejáronle, y se fueron.
23
¶ Aquel día llegaron a él los Saduceos, que dicen no haber resurrección, y le preguntaron,
24
Diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se case con su mujer, y despertará simiente a su hermano.
25
Fueron, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero tomó mujer, y murió; y no teniendo generación, dejó su mujer a su hermano.
26
De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta los siete.
27
Y después de todos murió también la mujer.
28
En la resurrección, pues, ¿cúya de los siete será la mujer? porque todos la tuvieron.
29
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las escrituras, y el poder de Dios.
30
Porque en la resurrección, ni se casan, ni se dan en matrimonio; mas son como los ángeles de Dios en el cielo.
31
Y de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que es dicho por Dios a vosotros, que dice:
32
Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de los muertos, sino de los que viven.
33
Y oyendo esto las multitudes estaban fuera de sí de su doctrina.
34
¶ Entonces los Fariseos, oyendo que había cerrado la boca a los Saduceos, se juntaron a una;
35
Y preguntó uno de ellos, intérprete de la ley, tentándole, y diciendo:
36
Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley?
37
Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.
38
Este es el primero y el grande mandamiento.
39
Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40
De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas.
41
Y estando juntos los Fariseos, Jesús les preguntó,
42
Diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿Cúyo hijo es? Dícenle ellos: De David.
43
El les dice: Pues, ¿cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo:
44
Dijo el Señor a mi Señor: Asiéntate a mi diestra, entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies?
45
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?
46
Y nadie le podía responder palabra: ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
Webible
Freely accessible Bible
48 Languages, 74 Versions, 3963 Books